OCÉANOS DE PLÁSTICO 

Ocho millones de toneladas de desechos plásticos que llegan cada año a los océanos del planeta

El flujo anual de plástico hasta el océano prácticamente se triplicará para el año 2040 si no se actúa debidamente. Es la consecuencia de la mala gestión de este residuo. Se estima que actualmente se vierten al océano 11 millones de toneladas de plástico (datos del 2016), pero la actual tendencia indica que, en dos décadas, esta cifra llegará a los 29 millones de toneladas anuales. Son las conclusiones de un estudio encargado por el centro de estudios The Pew Charitable Trusts, que alerta sobre los fuertes impactos en el mar de este deficiente manejo de los desechos. Al paso que vamos, en el 2040 se arrojarán 50 kilos de plástico por metro en las costas de todo el mundo.

Desde arrecifes de coral hasta fosas del océano profundo; y desde islas remotas hasta los polos, el plástico está alterando los hábitats y perjudicando la vida silvestre mientras amenaza las funciones y servicios de los ecosistemas.

Se estima que los océanos acumulan 150 millones de toneladas de plástico.

El problema es que este material permanece en el océano durante cientos de años, o más (y puede que nunca llegue a biodegradarse).

Por eso, ese almacenamiento de plásticos en océano podría llegar a los 600 millones de toneladas, el peso equivalente a más de 3 millones de ballenas azules.

Esta situación evidencia la deplorable gestión de estos materiales.

De 220 millones de toneladas de plástico que se producen al año (2016), el 41% (91 millones de toneladas) tienen una gestión inadecuada. Es decir, o acaban siendo quemados a cielo abierto (49 millones de t), vertidos en tierra (31 millones) o arrojados a los océanos (11 millones). Pero, a este paso, en el 2040 la gestión deficiente se elevará hasta el 56% (239 millones de toneladas).

Residuos de plásticos Pew nforme económico sobre la contaminación por plástico de los océanos

Cuatro factores agravan esta tendencia; el crecimiento de la población, el aumento del uso de este material per capita, los cambios a materiales de bajo coste no reciclable y el incremento del consumo de plástico que tienen lugar en países con bajas tasas de recuperación.

(Si no se dan cambios significativos, es probable que unos 4.000 millones de personas

Por ejemplo, una mejora de los sistemas de recuperación, separación y reciclaje podría reducir un 38% el vertido respecto a lo que es esperable para el 2040, pero aún así comportaría un aumento del 15% en la generación de plástico arrojado al mar.

La investigación identifica soluciones que podrían reducir este volumen en más de 80 %, para lo cual se debería recurrir a una suma de estrategias, como la reducción de la demanda de plástico, su sustitución, el reciclado y vertido controlado.

Se apunta como una necesidad clave suplir el consumo de plásticos por alternativas de papel y materiales compostables, diseñar productos y envases reciclables, aumentar las tasas de recolección de residuos en países de ingreso mediano y bajo, y disminuir la exportación de residuos plásticos.

El potencial de sustitución existente se considera muy importante: láminas monomateriales (para favorecer la reciclabilidad), papel compostable fabricado con restos de la industria maderera o de plantas cultivadas en tierras marginales, o plásticos compostables creados a partir de residuos alimentarios.

Es prioritario combatir los plásticos vertidos en mayores cantidades, los un solo uso, como los envases y envoltorios flexibles de bolsas, láminas, sobres con base y cierre, y plásticos multicapas y multimaterial (saché para frutos o golosinas, pañales, cajas para contener bebidas…), que representan el 47% y 25% de la contaminación por plástico (un porcentaje de proporcionado teniendo en cuenta su producción)

El gran cambio propuesto requerirá pensar sen soluciones para el mundo rural, donde la recogida de residuos es costosa. Son un gran desafío, pues generan el 28% de los residuos a nivel mundial, pero aportan el 57% de los desechos no recolectados y el 45% del plástico que va a los mares.

Y tampoco puede olvidarse la contribución del sector de los recogedores informales, que recuperan el 60% de todo el plástico reciclado.

En el año 2016, recolectaron 27 millones de toneladas de plástico, un volumen que, sin su presencia, tal vez hubieran acabado en el mar. Los recogedores desempeñan, pues, un papel clave a la hora de prevenir la contaminación oceánica.

Sin embargo, su contribución carece de reconocimiento, están mal remunerados; trabajan en condiciones insalubres y están bajo el riesgo de que se desaliente su tarea, precisamente por las pobres condiciones laborales en que se encuentran, por lo que corren el riesgo de que se les prive de un ingreso vital”. El informe propone alentar y regular esta contribución creando condiciones dignas.

De hecho, el sistema de reciclado de plásticos está fallando en la actualidad: un 20% del plástico ingresa en los sistemas de reciclado, y luego, tras las pérdidas por reciclaje, sólo el 15% de los residuos plásticos a nivel mundial son realmente reciclados.

Erradicar el flujo de plástico que contamina el océano requerirá de un gran apuesta por la innovación y la inversión, con avances tecnológicos significativos, nuevos modelos de negocios y mayor énfasis en investigación y desarrollo.

“Tal como se indica en este informe, podemos invertir en un futuro con menos residuos, mejores resultados en salud, mayor cantidad de puestos de trabajo y en un ambiente más limpio y resiliente para las personas y la naturaleza”, dice Tom Dillon, vicepresidente de ambiente de Pew.

La contaminación por plástico presenta grandes desafíos para productores y usuarios, debido a los cambios en la normativa (tales como prohibiciones de artículos de plástico de un solo uso) y a la creciente preocupación de los consumidores sobre el impacto de los residuos plásticos en el ambiente.

Sin embargo, también constituye una oportunidad única para proveedores de materiales nuevos y existentes, y para industrias que emplean modelos de negocios perdurables y sistemas de reutilización y rellenado diseñados para usar productos y materiales durante el mayor tiempo posible.

“Nuestros resultados indican que la crisis del plástico tiene solución. Bastó una generación para crear este problema; pero este informe se demuestra que podemos solucionarlo en una generación”, dice Martin Stuchtey, fundador y socio gerente de Systemiq, la empresa a la que se encargó el estudio.

Actualmente, se sabe que más de 800 especies ya han sido afectadas por la contaminación marina por plástico, incluidas todas las especies de tortugas marinas, más del 40 % de las especies de cetáceos y 44 % de las especies de las marinas.

También se ha identificado que el plástico impacta la salud humana a lo largo de todo su ciclo de vida, pues ocasiona efectos en la extracción de materia prima y la producción mientras se produce una contaminación química en los envoltorios de alimentos, así como los impactos en la salud por el manejo inadecuado de los residuos.

PREVISION DE LA INVASION DEL MAR 

Las líneas costeras del mañana. Como era de esperar, los Países Bajos y el Norte de Europa, llanuras expuestas, se llevan siempre la peor parte. La cuenca amazónica, Florida, Senegal y casi toda la población china no salen mejor paradas.

Yucatán, en México, con 9 metros más de agua marina. La costa ha sufrido importantes inundaciones, aunque a nivel continental la mayor parte de las poblaciones escapan al drama.

La mayor parte Bangladesh se hundirá bajo las aguas, desaparecerá Calcuta. Khulna, Madaripur, Jessore y gran parte de su territorio

Puede que la costa del Pacífico permanezca más o menos inalterada, pero otro cantar es la del Atlántico, muchísimo menos escarpada. En el profundo estuario de La Plata Buenos Aires queda atrapada por el altísimo nivel del mar, y el agua entra hasta el corazón de los ríos que mueren allí. La costa de Brasil también se ve afectada así como Uruguay.

En su desembocadura, en Rusia, justo al lado de Kazajistán, el río disfruta de amplias planicies, todas ellas inundadas si el Caspio creciera unos veinte metros. Volgogrado, antigua Stalingrado

 

 

Senegal, donde el río Gambia transcurre alrededor de un terreno algo escarpado, pero lo suficientemente benevolente en su zona costera como para inundad poco a poco tanto al país que lleva su nombre como al que le rodea. Guinea y Mauritania también se verían muy afectadas. Al norte se ve Nuakchot, capital del país mauritano.

Todas las grandes ciudades del este y del norte del país han quedado atrapadas por la trampa del cambio climático. El mar ha penetrado a través de las ricas y muy productivas, pero también muy llanas, tierras chinas, densamente pobladas. El agua llegaría hasta Pekín.

En Japón los resultados físicos, con 60 metros, serían menos espectaculares (es un país muy montañoso, el agua encontraría barreras rápidamente), pero no los demográficos. La mayor parte de la población vive en zonas llanas y costeras, como Tokio, la urbe más poblada del mundo, que también quedaría bajo las aguas en el supuesto más extremo.

Países Bajos sería borrado del mapa y Bélgica dejaría de tener dos regiones diferenciadas para quedarse solo en Valonia. Dinamarca sufriría un destino similar al de sus colegas holandeses, mientras que Reino Unido volvería a su forma de hace varios siglos, con todo Greater Anglia convertida en zonas inundadas o pantanosas (Cambridge, entre otras ciudades). Londres también se llenaría de agua, así como Bristol o la zona industrial de Manchester y Liverpool. Alemania también se vería muy afectada, especialmente la Baja Sajonia. La línea costera se adelantería hasta Dortmund o Leipzig, y sí, eso que asoma por la derecha es ¡Berlín!

La península Ibérica, por su parte, quedaría bastante resguardecida. La imagen de más arriba es España y Portugal con 60 metros más de agua. Apenas inalteradas. La peor parte se la lleva el valle del Guadalquivir, la llanura aluvial más importante de la península, y el tramo último del Tajo. Sí, ciudades como Murcia, A Coruña, Barcelona o Valencia amanecerían con varios palmos más de agua, pero el perfil cartográfico de España y Portugal sería reconocible. La costa retrocedería poco. 

 

LAS LLAMAS QUE ARRASARON EL MUNDO

Por Tiempo de Tormentas

Los incendios forestales a nivel global en 2021, han generado un total estimado de 1.760 megatoneladas de emisiones de carbono, lo que equivale a 6.450 megatoneladas de dióxido de carbono (CO2).

Un informe publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) sugiere que es hora de "aprender a vivir con el fuego, que inevitablemente pondrán en peligro más vidas y economías.

El número de incendios forestales extremos aumentará hasta un 14% en 2030, según el análisis del informe. En 2050, el aumento será del 30%. Incluso con los esfuerzos más ambiciosos para reducir las emisiones que atrapan el calor, el informe muestra que esas consecuencias a corto plazo están aseguradas.

 

 

 

 

Arde Sberia

 

 

 

 

 

 

Arde Amazonas

 

 

 

 

 

Arde Australia

 

 

 

 

 

Arde América

 

 

 

 

 

Arde África

 

 

 

 

EL MUNDO EN LLAMAS

Fuente: NASA

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